Era la lanza del destino de Longino, misma que los nazis habían confundido con la espada de San Mauricio. Eran dos piezas atadas con un hilo de plata, en una de las puntas aparece uno de los clavos de la Cruz de Cristo, sujetado con hilos de cobre, plata y oro; y su base esta adornada con cruces doradas.
domingo, 25 de octubre de 2009
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